EDUNER presentó "Teatro Reunido" de Arnaldo Calveyra en Buenos Aires
El pasado domingo fue presentado Teatro Reunido de Arnaldo Calveyra en el marco de la 38ª Feria Internacional del libro de Buenos Aires. La presentación del nuevo título tuvo dos partes: primero, dieron su apreciación sobre la obra del autor entrerriano, la directora de EDUNER, María Elena Lothringer, la directora de la edición, Claudia Rosa, y, como invitado especial, el reconocido poeta Daniel Samoilovich; luego, el grupo teatral Patatas Patas, con el acompañamiento musical de Carlos “el negro” Aguirre, representaron una condensación de la obra El eclipse de la pelota.
Saludos desde Francia
Opuestas al ejercicio de la escritura y la lectura, las presentaciones de nuevos libros exigen del autor abandonar su máscara de letras y hacerse presente. La noticia de un accidente doméstico que impidió a Arnaldo Calveyra engalanar con su presencia el acto del domingo pasado, parecía regalarnos una ausencia cifrada en añoranza. Sin embargo, como los truenos que anuncian un rapto en el inicio de El eclipse de la pelota, la angustia de la falta se vio conjurada por una sorpresa. Desde Francia, la voz serena del poeta entrerriano se incorporó en la sala para delinear un gesto de gratitud y humildad:
“Mi agradecimiento va en primer lugar –se escuchó caminar a la voz de Calveyra– a la Universidad Nacional de Entre Ríos. Universidad entre dos cuencas: cuenca del Paraná y cuenca del Uruguay. A María Elena Lothringer, por conjurar fantasmas; a Guillermo Mondejar, por su búsqueda de un libro; a Silvina Fontelles y a Carlos “el negro” Aguirre, artistas de excepción y amigos queridos; a Claudia Rosa, por último, por su constante estado de vigilia ante los textos: gracias… Desde aquí va mi deseo de que este sea un momento de amistad para todos ustedes, de nuevo, muchas gracias.”
La entrerriania golpea al lenguaje
Aún alegremente sorprendidos por la permanencia de la viva voz del poeta, María Elena Lothringer, Claudia Rosa y Daniel Samoilovich se aprestaron a presentar Teatro Reunido. Lothringer, directora de EDUNER, destacó que el nuevo título se incorpora a la serie “Entre Ríos, tierra de letras” para reunirse con publicaciones que no dejan de tener resonancias inesperadas como las de Manauta y las de Villanueva. "Publicar este libro expresa nuestra voluntad de aportar al catálogo editorial de este país obras de autor, análisis críticos, reflexiones; libros universitarios que ganen un lugar de privilegio en las librerías. En este Teatro Reunido, Arnaldo nos pone en contacto con el mundo y con su pasado, con lo diverso y con lo cambiante; pero, sobre todas las cosas, nos pone en contacto con la esencia humana. Publicar a don Arnaldo es para nosotros publicar a un escritor de provincia, que escribió sobre ella ampliando sus límites al conocimiento de todos los argentinos; es reconocer a un intelectual sin estridencia, que camina por el mundo con su gesto afable, con su infinita generosidad y con su pluma mágica. Este nuevo título congrega seis obras, a ellas sumamos un aparato crítico que nos ayuda a dialogar desde los márgenes con el autor y con los personajes.”
Luego fue el turno de la directora de la edición, profesora Claudia Rosa, quien destacó que, tal como dice la frase de Sergio Delgado que inicia el libro, “todos llegamos tarde al Arnaldo poeta”. Pero para la expositora hemos llegado aún más tarde a su teatro, dado que sólo conocíamos una obra pequeña, escrita antes de que Arnaldo se radicase en París: El diputado está triste. “Sin embargo, presentíamos que Arnaldo tenía algo de teatro escondido en su laboratorio de Francia y así fueron apareciendo muchas obras. ¿Por qué hay que publicar -se preguntaba Rosa- el teatro de Calveyra? Arnaldo irrumpe en la literatura argentina porque nos hace vivir la poesía de un modo inusitado. Un texto de Calveyra se lee en ‘estado Calveyra’, en un estado específico de la voz, del tono. Provoca una fina ironía, recordando que entre la palabra y el mundo hay un estado de situación que sólo lo logra el signo”. Por otra parte, la directora de la edición señaló que: “el libro reúne piezas maceradas durante 50 años, lo que hace que nos encontremos con un teatro político, antropológico, desgarrador por momentos, hilarante por otros, mágico y completamente desestructurante. Una dramaturgia que irrumpe en el teatro argentino con la mejor tradición de Artaud y lo hace a la criolla, porque lo más sorprendente de los textos es que transcurren entre lomadas y atardeceres de Entre Ríos”.
Acto seguido disertó el reconocido poeta Daniel Samoilovich, quien colaboró junto con Pablo Gianera en la elaboración de la cronología que se incluye en Teatro Reunido y, además, fue editor de Poesía Reunida de Calveyra, en Adriana Hidalgo editora. El director del Diario de poesía propuso hacer una reflexión divertida e interesante anudada al hecho de que la presentación del libro tuviese lugar en la sala Jorge Luis Borges. El escritor recordó los apuntes de Adolfo Bioy Casares sobre sus cenas con el autor del Aleph; libro en el que, al decir de Samoilovich, se "despachan maldades acerca del universo entero y en el que muy pocos autores se salvan, y hasta se hacen maldades entre ellos”. En un pasaje, Bioy le pregunta a Borges que le parece el título “Carta para que la alegría” (sic) [el título del libro de Calveyra es Cartas para que la alegría]; y Borges le contesta que mucho peor hubiese sido que haya escrito “carta para que exista la alegría” o “carta para que la alegría se haga presente”. Para Samoilovich “en un libro tan dañino esto funciona ya como un elogio. Pues uno podría pensar que lo único que se le ocurre a Borges es compararlo con algo que sería peor, pero no repara en el tipo de originalidad y de tratamiento gramatical, de astucia y de valentía rupturista que significa dejar una frase por el medio o sin su verbo. Pero además, uno podría encontrar aquí algo más significativo: Borges es capaz de romper con el carácter folclórico de nuestra literatura y de sentirse libre de formar parte de la literatura universal. Sin embargo, entre todas las sutilezas y capacidades de lectura que puede hacer, hay algo que, ni en la apreciación del libro de Calveyra, ni en su propia obra alcanza: la posibilidad de pervertir o subvertir la gramática. Esa es la frontera oscura de la vanguardia futurista que el autor entrerriano supo cruzar.”
Inmediatamente, Claudia Rosa sumó su apreciación a los dichos de Samoilovich, ligada a la diferencia con la literatura de Borges: “Creemos que estamos en presencia de una obra que pega un salto, un salto del signo, del poema; en donde el efecto del texto está más allá de la lengua y de ahí su dramaticidad. Este libro se lee al compás de otros libros de quienes a mí me gusta llamar la logia de los montaraces; un conjunto de escritores salvajes del norte de Entre Ríos, de la Gualeguay profunda. Integrado por Juan L. Ortiz, Amaro Villanueva, Juan José Manauta, Calveyra y el más montaraz, Ricardo Zelarrayán. En esta logia entrerriana entra la literatura francesa en una veta en la cual Borges no la podía dejar entrar y le pega al lenguaje porteño en un lugar donde no se lo esperaba. Pero no sólo golpean al lenguaje sino que construyen un oficio del escritor entrerriano, un oficio silencioso, solitario. Logia que crea un regionalismo no regional.”
Por otra parte, en el acto se hizo saber que la ciudad de Gobernador Mansilla, cuna y horizonte literario de Arnaldo Calveyra, declaró de interés cultural sus obras y lo nombró hijo ilustre. Además, se leyeron salutaciones del Gobernador de Entre Ríos, Sergio Uribarri, y del Rector de la UNER, Ing. Jorge Gerard.
El eclipse de la pelota: “La voz que se tiene en los viajes"
Otra forma de conjurar la ausencia (o celebrar la presencia desde París) de Arnaldo fue el esfuerzo de la editorial por presentar, en la Feria del Libro, una condensación de la obra El eclipse de la pelota, incluida en Teatro Reunido. Como recalcó la directora de EDUNER, "el teatro de Calveyra, es antropológico, poético, político y escapando a las clasificaciones de género, a las dicotomías, a certezas asfixiantes, convierte al espacio escénico o a la escena de lectura en un lugar de encantamiento". Serle fiel a las fantasías liberadas por la obra, fue el objetivo que guió la representación en teatro de títeres de este espacio mágico. La dramatización estuvo a cargo del grupo Patatas Patas: dirigido por Silvina Fontelles e integrado por Pola Ortiz, Vanina Godoy, Nadia Teruel, Marta Zubieta y Santiago Marcos, y contó con el acompañamiento de Carlos “el negro” Aguirre y su música, compuesta para la ocasión e interpretada en vivo. Estos artistas, luego de meses de arduos ensayos y adaptaciones, extrajeron los puntos vívidos, las formas mitológicas, los pasajes desgarradores y la tensión entre los elementos de la literatura calveyriana.
El eclipse de la pelota narra la historia de dos raptos perpetrados por la figura infernal de Xibalba: la captura de Perséfona, hija de Deméter, y el robo de una forma esférica mítica pero cotidiana, como es la pelota con la que juegan al inicio de la pieza teatral las deidades gemelas Hunapú e Ixbalanqué. Reunión de dos universos, de dos mitologías, la griega y la maya. Reunión que el grupo Patatas Patas sumó a la fuerza de la letra de Calveyra, forzando a la grafía para que esculpa en hueso y en elementos naturales (como caracoles) a los personajes. Los títeres recuperaron los espacios paradójicos nacidos de la mezcla entre paisajes entrerrianos y puntos místicos en donde la superficie de la tierra es lo más profundo; donde los pliegues topográficos ofician de inframundo y el encuadre musical, sea como canción o como melodía, transforma las palabras en signos de un poema a la naturaleza.
Pasados los raptos, la acción entrecruzará nuevamente los destinos de la madre y de los gemelos, para encontrarlos en un itinerario compartido que, por un lado, desafía las artimañas y escondrijos satánicos, y que, por otro, desgrana las identidades convirtiendo el viaje en el principio organizador de las voces. Deméter intentará recuperar a su hija, Hunapú e Ixbalanqué pretenderán recomenzar los ciclos vitales detenidos con el extravío de la pelota. En la representación de esa pretensión se inscribió la voz del negro Aguirre quien compuso una pieza musical con la letra de la única canción que aparece en la obra; un canto calveyriano al trigo y al maíz. Además, para finalizar, el cantautor entrerriano, interpretó un tema compuesto para Juan L. Ortiz y se mostró muy emocionado por haber participado de la presentación que describió como "una experiencia muy hermosa."
EDUNER les da la bienvenida al ‘estado Calveyra’: http://www.eduner.uner.edu.ar/libro/78/teatro-reunido/
Fotografías: Suplemento Cultural UNER