Analía Solomonoff es una argentina, hija de paranaenses, que vive en Méjico donde está realizando una Maestría en Estudios Curatoriales en la Universidad Autónoma de Méjico. En estos días, se encuentra en la capital entrerriana realizando una serie de entrevistas en el marco de su tesis en la que propone a la edición como una práctica curatorial y al libro como espacio de exhibición artística.
Bajo el auspicio de esta Universidad, arribó a la Argentina para reunirse con su tutora Natalia Silverley y llevar a cabo una serie de entrevistas, talleres, conferencias y charlas en Paraná, Córdoba, Rosario y Buenos Aires, en función de su investigación titulada La edición como práctica curatorial y el libro como espacio de exhibición.
EXPERIENCIA. La indagación surge de su experiencia como diseñadora y editora de libros de arte. Principalmente, de dos casos. Uno con el colectivo Tercerunquinto y la curadora Taiyana Pimentel y otro con el artista mejicano Yoshua Okón. La idea, en ambas ocasiones, fue plantear la potencia del formato libro en relación a lo que se mostraba en las exposiciones sin que se trate de una reproducción. En definitiva, “que el libro pudiera existir más allá de la exhibición para generar otro tipo de discurso. El énfasis se puso en el proceso de la producción de las piezas” dijo a EL DIARIO.
PLANTEO. Mi pregunta es “¿Cómo operar bajo ciertas prácticas curatoriales en el momento de editar un libro de arte?” señaló. En su trabajo hace un recorrido histórico que incluye figuras como Tristán Shaudy, quien intervino artísticamente sus libros con páginas negras, con cambios tipográficos o cancelando párrafos; también incluye las propuestas de los surrealistas o del artista mejicano Ulises Carrión quien “estuvo todo el tiempo reinventando el formato libro” o del arte conceptual para el cual “el libro se convierte en un soporte fundamental para la difusión y replantea el espacio de exhibición”.
Otro tema que se cuestiona Solomonoff es si “es oportuno hablar de la figura del curador-editor como una fusión que permita un proyecto per se y no una traducción de lo que está siendo exhibido”.
REUNIONES. Analía Solomonoff está llevando a cabo entrevistas en distintas ciudades del país. En Paraná se reunió con María Elena Lothringer y Guillermo Mondéjar, directora y diseñador de la editorial de la Universidad Nacional de Entre Ríos, “las cosas que vi en esa editorial en cuanto a la propuesta de diseño, a la concepción de las colecciones, al rescate literario de escritores entrerrianos, me parecieron alucinantes” señaló. A esto agregó que “me pareció muy interesante que en un contexto académico la editorial ha podido traducir el discurso académico a un discurso editorial”. Este tema me parece atrayente para poder trabajarlo dentro de la Editorial de la UNAM.
A su vez, piensa reunirse con el director del Museo de la Ciudad, Gustavo Hennekens, para preguntarle cómo se imagina un proyecto editorial vinculado a las exposiciones. En Rosario se entrevistará con el director del Centro Cultural España para conocer la propuesta editorial y la gente del grupo artístico El Levante que tiene un proyecto editorial del que participa Graciela Carnevale, una artista vinculada a la experiencia de Tucumán arde. En Buenos Aires realizará un encuentro con 15 personas en un ámbito informal de discusión entre diseñadores, editores, fotógrafos y plásticos. “Me interesa generar nuevos formatos donde se pueda debatir sobre el tema de la edición y la curaduría” indicó. “En Argentina encontré una riqueza enorme a nivel intelectual y de prácticas que se están llevando a cabo” añadió.
El curador
Según explicó Analía Solomonoff, la “curaduría” es un concepto que se forjó a raíz del surgimiento de los museos. El curador se encargaba del resguardo de la obra de arte dentro de un espacio museístico. Ese concepto ha ido transformándose con el correr del tiempo. El personaje surge “con la Revolución Francesa cuando los espacios dedicados al arte se abrieron al pueblo. En los años 60 del siglo XX con la incursión de los artistas conceptuales y de la crítica institucional, el curador empieza a operar como investigador, generador de discurso y como un crítico. En el presente, el curador es un personaje nodal dentro del sistema oficial de museos y en el ámbito independiente creando sus propios proyectos. Se ha señalado mucho su rol dentro del mercado y su función en la relación entre arte y política o entre arte y sociedad”, dijo la argentina residente en Méjico.
Franco Giorda